El sabor de la ausencia.
El tiempo quedó escondido,
detrás de todo aquello que silbaba melodias.
Se hundió en los espacios que acumulan sombras.
Tomó un equipaje resuelto de leyes y teorias;
olvidando sueños y esperanzas.
Señaló en negro un dia cualquiera.
El almanaque dobló las hojas que marcan los minutos.
El tiempo se detuvo en un abrupto colapso;
dejando en mi cuerpo el sabor de la ausencia.
1 comentario:
Muy bueno Pedro el 9 de agosto, muy bellas referencias del tiempo. Segui caminando por esos lugares que sólo a vos te lleva la poesía, de esa manera. Un abrazo. Mercedes Sáenz
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