sábado, 12 de abril de 2008

Abril 13

Anoche estuve en el teatro. Fui al concierto de los 50 años de carrera artistica de Estela Raval y los cinco Latinos. Un grupo vocal que nosotros los cubanos amamos con locura, y los de mi generación mucho más. Fluyeron los recuerdos y en el magnífico timbre de la Raval, comenzó un desfile de bellas imágenes de antaño. Yo, en lo particular visité lugares que ya tenia medio borrosos en la memoria. Me ví; me contemplé con un uniforme beige y carmelita de mis tiempos de becario. Caminé los surcos de los campos de caña... y como dije en algún momento en mi poema "El regreso":" comí de su ayuno y bebí de su sed".
Lo importante fue la comunión exacta entre la música y los recuerdos, entre el artista y las vivencias.
Hubo teatro en pie con delirios de aplausos cuando la Raval, magistralmente interpretó:" Cuando salí de Cuba". Lágrimas y aplausos tejieron una larga trenza de nostalgia, que Estela supo divisar en cada corazón.
Yo estaba muy cerca del escenario, y sé que sintió los locos y desgarradores latidos que el mío pronunciaba.

1 comentario:

Alicia dijo...

Dificil conjugar los recuerdos cuando a uno le tocó (o eligió, quien lo sabe?) sembrarse en una tierra distinta de la que lo vio nacer. Tenemos eso en común. A veces me duele.