jueves, 5 de junio de 2008

Junio 6

Volver a encontrarte fue hermoso, fue un abrazo al encuentro del remanso y del reposo.
Ahora que tengo tus ojos frente a frente, puedo adivinar tus sueños, e intuir que son iguales a los míos. Ambos disfrutamos de la misma sombra, bajo el mismo árbol. Ambos salpicamos el mar buscando una distancia que se refleja absoluta en nuestro espejo. Vamos juntos ocultando las palabras, vistiendo la imaginación con múltiples colores.
Te amo porque respetas mi presencia sin preguntas ni censuras.
Te amo porque solo esperas de mi una total confianza.
Te amo por tu cuerpo etéreo cobijando mis pasos sin dirección alguna.

Ahora que te tengo no volaras de nuevo.
Serás dueño de mis actos; mi querido “silencio”

1 comentario:

mercedes saenz dijo...

Que suerte que has seguido caminando Pedro. Es un hermoso escrito y siempre sorprendes con la presencia de alguien o algo que no te esperabas. Un placer. Un abrazo. Merci